
2019 fue un buen año para la constitución de hipotecas a pesar del parón producido por la entrada en vigor de la nueva Ley Hipotecaria. La demanda de nuevas hipotecas para adquisición de vivienda se tradujo en un crecimiento anual del 4,0%.
Sin embargo, un número de compraventas similar al de las nuevas hipotecas se realizó sin financiación bancaria. En conjunto, el número total de compraventas no fue capaz de superar el efecto combinado de la incertidumbre económica y la regulación hipotecaria, y acabó el año cayendo un 3,3%.